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sábado, 29 de septiembre de 2012

El viaje en el tiempo de Moberley y Jourdain

La experiencia que vivieron dos inglesas durante una visita a Versalles en verano de 1901 fue discutida durante muchos años. Las señoritas Moberley y Jourdain afirmaban haber retrocedido al siglo XVIII, en plena época de María Antonieta. Viajes en el tiempoSaltos en el tiempo Cuando las señoritas Moberley y Jourdain visitaron el palacio de Versalles el 10 de agosto de 1901, todo parecía normal, al principio. Después de visitar la Galería de los Espejos atravesaron el parque, buscando el Pequeño Trianón, la mansión aislada que había pertenecido a María Antonieta. Fue entonces cuando se encontraron en lo que parecía otra época. En una cálida tarde de agosto de 1901, dos maestras de mediana edad, las señoritas Anne Moberley y Eleanor Jourdain, decidieron aprovechar sus vacaciones en París para visitar el palacio de Versalles, que ninguna de las dos conocía. Ambas se interesaban por la historia y poseían cierto nivel cultural, ya que la señorita Moberley era directora del Instituto St Hugh, y la señorita Jourdain, de una escuela de niñas en Watford. Ninguna de las dos tendía a ser crédula ni neurótica. Después de recorrer el palacio se sentaron a descansar en la Galería de los Espejos. Las ventanas abiertas y el aroma de las flores las incitaron a volver a salir, esa vez en dirección al Pequeño Trianón, el palacete que Luis XV construyó en los terrenos de Versalles, y que su sucesor, Luis XVI, regaló a la reina María Antonieta. Llegaron a un lago alargado, a cuya derecha había un bosquecillo con un claro, y después a otro estanque, junto al cual se levantaba el Gran Trianón, palacio construido por Luis XIV. Lo dejaron a su izquierda y llegaron hasta un sendero cubierto de hierba. No estaban seguras del camino y, en vez de bajar por el sendero, que llevaba directamente al Pequeño Trianón, lo cruzaron y siguieron por un sendero lateral. La señorita Moberley vio a una mujer asomada a la ventana de un edificio que había en un recodo del sendero; sacudía una tela blanca. La inglesa se sorprendió al ver que su amiga no se detenía a preguntarle el camino. Después se enteró de que la señorita Jourdain no lo hizo porque no había visto ni a la mujer ni el edificio. A esas alturas, las dos mujeres no tenían conciencia de que sucediera algo extraño, y conversaban animadamente sobre temas que no tenían nada que ver. Doblaron a la derecha, pasaron junto a unos edificios y distinguieron el final de una escalera tallada al otro lado de un portal abierto. No se detuvieron, sino que tomaron el sendero central de los tres que había delante de ellas; la única razón para que lo hicieran fue la presencia de dos hombres que parecían estar trabajando allí, con una especie de carretilla y una pala puntiaguda. Parecían jardineros, aunque las mujeres pensaron que vestían de forma rara; llevaban largas chaquetas gris verdoso y tricornios. Los hombres les dijeron que siguieran en línea recta y las amigas continuaron como antes, absortas en su conversación. Irrupción Del Pasado Las señoritas Anne Moberley y Eleanor Jourdain. Decididas a descubrir qué había detrás de su experiencia, las dos visitaron repetidamente el Pequeño Trianón, pero descubrieron que los jardines habían cambiando mucho desde su primera visita. Fue más o menos entonces cuando las dos mujeres comenzaron a sentir una cierta opresión (de forma independiente; no comentaron el hecho en aquel momento); observaron que su entorno era curiosamente llano, y ambas tuvieron la sensación de que el paisaje se había vuelto bidimensional. Esas sensaciones se hicieron abrumadoras cuando se acercaron a «un pequeño kiosco de jardín, circular, como un kiosco de música; junto a él se sentaba un hombre». A ninguna de las dos le gustó el aspecto del hombre; su rostro era oscuro y repulsivo. Notaron que llevaba una capa y un sombrero al estilo español. Aunque no se sentían muy seguras de su camino, por nada del mundo le hubiesen dirigido la palabra al hombre del kiosco. Sintieron alivio al escuchar pasos que se acercaban aprisa detrás de ellas pero, cuando se volvieron, el sendero estaba vacío. Con todo, la señorita Moberley vio a otra persona que apareció súbitamente. Parecía «sin duda, un caballero… alto, con grandes ojos oscuros… cabellos negros rizados». Él también llevaba capa y sombrero español y parecía nervioso cuando les indicó dónde estaba la casa. Les sonrió de una forma que les pareció peculiar pero, cuando se volvieron para darle las gracias, había desaparecido. Volvieron a escuchar el ruido de alguien que corría, aparentemente muy cerca de ellas, pero no vieron a nadie. Cruzaron un puentecito sobre un barranco en miniatura, miraron la cascada que caía junto a él y, finalmente, llegaron a «una mansión campestre pequeña, cuadrada y sólidamente construida», con una terraza que daba al norte y al oeste. La señorita Moberley vio a una dama sentada en el césped, de espaldas a la terraza, que parecía estar haciendo un dibujo. La dama las miró fijamente cuando pasaron junto a ella. La señorita Moberley comentó que, aunque era bastante bonita, ya no era joven, y no le pareció atractiva. Esto no le impidió observar el vestido que llevaba, de una tela ligera y escotado. Sus abundantes cabellos rubios estaban cubiertos por un gran sombrero blanco. Las dos inglesas pasaron junto a ella en silencio y subieron a la terraza; la señorita Moberley se sentía como si estuviera andando en sueños. Entonces volvió a ver a la dama, esta vez de espaldas, y sintió alivio porque la señorita Jourdain no le había preguntado si podían entrar en la casa. En realidad, la señorita Jourdain no la había visto. Estaban ya en el ángulo suroeste de la terraza. Cuando se volvieron, vieron una segunda casa de la que salió un joven (con «aspecto de lacayo») quien les ofreció acompañarlas en la visita. Entonces se les unió una alegre boda y se sintieron de mejor humor. Las dos señoritas no hablaron de estos acontecimientos durante la semana siguiente. Sólo cuando la señorita Moberley se puso a escribir su versión de los hechos y volvió a sentir una sensación de opresión, preguntó a su amiga: «¿No crees que el Pequeño Trianón está embrujado?» La señorita Jourdain pensaba lo mismo. Sólo entonces compararon las notas y supieron las diferencias existentes entre sus experiencias. Ambas mujeres escribieron, tres meses después y por separado, sendos relatos completos de lo sucedido. Este lapso de tiempo fue uno de los factores que provocaron el escepticismo, de comentaristas posteriores: los recuerdos de un suceso, registrados al cabo de tres meses, eran menos exactos que si se redactaban de forma inmediata. Las maestras eran pues, sospechosas de «reconstrucción imaginativa». Sin embargo, existían leyendas relacionadas con el Trianón que apoyaban su versión. Una amiga parisina de la señorita Jourdain le contó que gente de Versalles había visto a María Antonieta, un día de agosto, sentada en los jardines del Pequeño Trianón, con un vestido rosa y un gran sombrero de paja. El lugar, en su conjunto -las personas presentes y el tipo de diversiones- parecía, según dijo esta amiga, una reproducción exacta del fatídico 10 de agosto de 1792, día del saqueo de las Tullerías, de la fuga de la familia real a París y del encarcelamiento del rey y la reina en el Temple. Las dos señoritas se preguntaron si se habrían topado con algún recuerdo de la reina, proyectado por ella sobre el Trianón o retenido por el propio lugar. Desconcertadas por lo que habían encontrado, decidieron comparar los detalles de su experiencia con los hechos, y regresaron a Versalles. Un Círculo De Influencia Plano de parte del camino recorrido por las dos maestras inglesas durante su paseo del 10 de agosto de 1901, en las inmediaciones del «hameau». El esquema constituye un sector ampliado de un mapa dibujado por Richard Mique, arquitecto paisajista y jardinero de María Antonieta. La señorita Jourdain volvió sola al Trianón en enero del año siguiente, y de nuevo sintió una cualidad alucinatoria en el lugar, derivada en parte de la atmósfera y en parte de lo sucedido anteriormente. Algunos detalles eran diferentes: el kiosco, por ejemplo, no parecía ser el mismo edificio, y al comienzo no sintió nada extraño. Sólo cuando atravesó el puente que conduce al Hameau (Aldea), donde la reina María Antonieta y sus amigos jugaban a los campesinos, sintió como si hubiese atravesado una línea, como si hubiese entrado en un círculo de influencia. Vio un carro que estaba siendo cargado de leña por dos peones que llevaban túnicas y capas con capucha. Volvió un momento la cabeza hacia el Hameau, y cuando miró nuevamente los dos hombres y el carro habían desaparecido. Hubo otros incidentes: la visión de un hombre embozado moviéndose entre los árboles, el crujido de vestidos de seda, la sensación de estar rodeada por una multitud de seres invisibles, el sonido de una banda distante tocando música ligera; pero ninguna de esas sensaciones era comparable a los hechos de agosto de 1901. Las dos amigas volvieron varias veces a Versalles, pero nunca revivieron su primera experiencia. Por el contrario, descubrieron que la disposición del jardín había cambiado mucho desde su primera visita. Algunos bosques habían desaparecido; ciertos senderos también; había edificios alterados; el kiosco había desparecido; el barranco, el puente y la cascada también. El Trianón del siglo XX tenía muy poca relación con el que habían visto la primera vez. Desconcertadas e intrigadas, las dos maestras emprendieron una investigación de la historia del Trianón de la reina María Antonieta. Hay que tener en cuenta lo poco que se sabía en esa época de las experiencias retrocognitivas a gran escala. Como esta aventura fue especialmente compleja, la explicación más simple parecía ser que habían tenido una alucinación, que sus recuerdos eran inexactos o que estaban «adornando» su experiencia; también se habló mucho de que ninguna de las dos mujeres se apercibió en aquel momento de que estaba viendo cosas que no existían. Las dos maestras se sentían lo suficientemente convencidas de la rareza de su experiencia como para querer comprobar los hechos, ya que en los años siguientes se tomaron el trabajo de investigar los detalles de la estructura original del Trianón, la disposición primitiva de los jardines y el nombre de su responsable, la clase de trabajadores que podía emplear la reina allí y los uniformes que podrían haber llevado. A la luz de los resultados, el sarcasmo de un periodista que dijo que habían visto a gente real en 1901, con ropas de 1901, no se sostiene. Los uniformes gris-verde y los tricornios no correspondían a funcionarios del Trianón de 1901, ya que «el verde era el color de la librea real, y ahora nadie lo lleva», según los resultados de la investigación de Moberley y Jourdain, publicada en las últimas ediciones de su libro An adventure (Una aventura). Las apariciones, ¿pudieron ser una mascarada?; la música fantasmal, ¿la de una orquesta real que tocaba fuera de la vista? Quizá, pero, ¿por qué había máscaras corriendo por bosques inexistentes y senderos desaparecidos en un cálido día de agosto de 1901? Se podrá objetar que Moberley y Jourdain se paseaban por ese mismo paisaje en ese momento, pero no corrían, ni iban disfrazadas. En cuanto a la música que oyó la señorita Jourdain en 1902, descubrió inmediatamente que ninguna banda había estado tocando esa tarde. Una Ocurrencia Tardía Proyecto para el trazado de los futuros jardines del Pequeño Trianón, realizado en 1774 por el jardinero jefe Antoine Richard. El círculo marca un kiosco de estilo achinado, parecido al que vieron las maestras, pero no existen pruebas de que llegara a ser construido alguna vez. El kiosco que vieron se parecía algo a uno que había figurado en los planos originales del Trianón como una ruine -o sea, una locura decorativa-, pero no es seguro que fuera construido alguna vez. De hecho, el kiosco fue una fuente de dificultades para las dos maestras en sus esfuerzos por identificarlo con algún rasgo original del Trianón; vacilaron y modificaron sus opiniones. Les parecía que «tenía algo de chino». +Un crítico francés, Léon Rey, que escribía en la Revue de Paris, lo identificó con un edificio llamado Jeu de Bague, que era de estilo vagamente oriental. Pero las dos inglesas no estuvieron de acuerdo y señalaron las discrepancias entre el kiosco del 10 de agosto -que, después de todo, ellas habían visto y Rey no- y el Jeu de Bague. Su referencia a «algo de chino» no fue hecha hasta 1909, lo que sugiere una ocurrencia tardía. Sin embargo existen datos de que, en 1774, el jardinero jefe de María Antonieta, Antoine Richard, había planeado la construcción de un kiosco pequeño, del tipo del que las dos maestras creyeron ver en 1901. A medida que uno examina los «hechos» narrados por Moberley y Jourdain, y las acusaciones y contraacusaciones que se les hicieron a lo largo de los años (hasta los años cincuenta), su relato y su interpretación se vuelven cada vez más confusos. El hombre moreno que inspiró tanta aversión a las maestras fue «identificado» como el conde de Vaudreuil, quien desempeñó un siniestro papel en los últimos meses del reinado de María Antonieta, aunque otro crítico sugirió que la figura podía haber sido el anciano Luis XV. Apenas existe un detalle en la narración de las dos mujeres que después no haya sido contradicho o discutido por otra explicación, aún más improbable, de lo que habían visto originalmente. Resultaría pesado reconstruir los pasos de las investigaciones que Moberley y Jourdain realizaron a lo largo de varios años, o discutir las muchas formas en que han sido interpretados los detalles de su aventura. Los críticos no sólo contradijeron a las maestras sino que se contradijeron entre sí, e hicieron los mayores esfuerzos por demostrar que las mujeres imaginaron lo que vieron, lo malinterpretaron, lo distorsionaron o lo desfiguraron: Sus investigaciones, según los críticos desfavorables, no fueron suficientemente cuidadosas ni estuvieron bien llevadas; ellas dejaron que investigaciones posteriores influyeran en el relato que hicieron de los hechos, y adoptaron a posteriori sus propias experiencias para que coincidieran con lo que habían descubierto. En otras palabras,(los críticos afirmaron que Moberley y Jourdain habían distorsionado sistemáticamente los libros para que coincidieran con suhistoria. Las dos damas, cuya inteligencia parece haber sido tan aguda como la de sus críticos, fueron condenadas como una pareja de solteronas crédulas, cuyas cabezas estaban llenas de tonterías románticas acerca de la desventurada reina de Francia. Sin embargo, ésta no es la impresión que se obtiene al leer los documentos Moberley-Jourdain. Las mujeres parecen equilibradas, sensatas y verdaderamente intrigadas por lo que les sucedió aquel día de agosto de 1901. Sus investigaciones posteriores fueron tan completas como permitieron la oportunidad y la disponibilidad de materiales, y aunque las dos mujeres fueron acusadas de alterar su relato original para adaptarlo a hechos revelados posteriormente, bien podría ser que no hubieran entendido lo que habían visto hasta que el descubrimiento de ciertos hechos lo aclaró. Desde luego, Moberley y Jourdain no conservaron un registro minucioso y un relato documentado de lo sucedido. Probablemente, nunca se les ocurrió que eso sería necesario para probar su veracidad. No es posible juzgar qué sucedió realmente el 10 de agosto de 1901. Es probable que las maestras tropezaran con una alucinación a gran escala consecuente con las condiciones de un salto temporal retrocognitivo. El aspecto más interesante de la cuestión fue el constante intercambio, visual y verbal, que al parecer tuvo lugar entre las figuras del pasado y las del presente. Tampoco fue única, en cuanto a la escala, la aventura de Versalles, ya que otras dos inglesas vivieron una experiencia similar en Dieppe 50 años después. ¿Será el aire de Francia, o su historia, lo que promueve esos fenómenos tan curiosos? El retorno de los monjes Un ejemplo sorprendente de lapsus temporal le ocurrió a la señora Turrell-Clarke, que vivía en Wisley-cum-Pyrford (Surrey, Inglaterra). La señora iba en bicicleta por una moderna carretera rumbo a la iglesia donde se celebraban las vísperas, cuando bruscamente la carretera se transformó en una senda campestre y le pareció que iba a pie. Vio venir hacia ella a un hombre vestido como los campesinos del siglo XIII, que se hizo a un lado para dejarla pasar. En ese momento le pareció que ella llevaba un hábito de monja. Un mes más tarde, la misma señora estaba en su iglesia parroquial (había pertenecido a la abadía de Newark, y sobrevivido milagrosamente a la disolución de los monasterios) cantando con el coro que entonaba un canto llano. Pero a la mitad del cántico vio, atónita, cómo la iglesia “cambiaba” volviendo a su estado original -piso de tierra batida, altar de piedra, ventanas ojivales- y por el centro del edificio pasó una procesión de monjes con hábitos pardos que entonaban el mismo canto llano que cantaba el coro del siglo XX. En ese momento la señora Turrell-Clarke se dio cuenta de que formaba parte de un pequeño grupo que estaba en el fondo de la iglesia y apenas tomaba parte en las ceremonias. Algunas veces, los saltos en el tiempo requieren un cierto tipo de contacto físico. El 29 de mayo de 1973 una maestra de Norwich, la señora Anne May, visitaba con su marido el conjunto arqueológico de Clava Cairns (Inverness, Escocia), que consta de tres losas sepulcrales de principios de la edad del Bronce, entre los años 1800 y 1500 a.C. El día era claro, soleado; los pájaros cantaban y la señora May anduvo primero alrededor de las toscas lápidas y después fue hacia el circulo de monolitos que las rodean. Finalmente, se apoyó sobre una de las losas y cerró los ojos un momento, intentando lo que los yoguis llaman “perder un segundo” (un momento totalmente en blanco). Cuando volvió a abrirlos vio a un grupo de hombres que llevaban túnicas peludas y pantalones constituidos por tiras de cuero cruzadas. Avanzaban lentamente, y parecían arrastrar uno de los grandes monolitos sobre el terreno. Notó, en particular, que llevaban cabellos oscuros y muy largos. Esta curiosa visión pudo haber durado más si no hubiese llegado un grupo de turistas. Inmediatamente, la señora May volvió al siglo XX. Este es un ejemplo muy claro de lo que parece suceder en los saltos temporales. El sujeto estaba interesado por lo que le rodeaba, pero no concentrado en ello; el salto ocurrió en un lugar y un momento precisos -cuando su cuerpo tocó el monolito, y la transición del presente al pasado fue tan instantánea como su inversión.

martes, 7 de agosto de 2012

El Poder de la Musica

Son ya varias las voces que se han escuchado dando su voto de confianza al efecto curativo que demuestra la música. Ya que se va descubriendo, que sus efectos sobre nuestro organismo, es mucho mayor de lo que hasta ahora se pensaba. Las aplicaciones terapéuticas de la música son cada vez más amplias, ya que se la relaciona con la respiración, las corrientes cerebrales e incluso con cierto talante psíquico. Las redes de investigadores que se centran en esta idea son cada vez más amplios, y son ya muchos los que defienden tanto sus efectos terapéuticos como didácticos. En diversos centros emplean la música para la mejora de pacientes que se encuentran gravemente traumatizados. Lo que buscan es tratar de relajarlos mediante el disfrute de escuchar música suave. En otros centros no solo se conforman con que escuchen música, sino que van más allá, ya que incluso los pacientes, generalmente con traumatismos craneales, entran en contacto directo con las cuerdas del arpa o con el tambor. En algunos casos defienden la idea de que la música es incluso más eficaz que los medicamentos en temas relacionados con los trastornos del sueño, algo que sin duda alguna puede llegar a sorprendernos. Y así, combinado con una terapia especial han logrado resultados realmente impresionantes. Por otro lado, ciertos estudios científicos han confirmado que tocar un instrumento o cantar puede llegar incluso a cambiar nuestra percepción del dolor y del estrés. Algo a lo que muchas personas hoy en día están sometidas de continuo, y de las que muy pocas serán conscientes del beneficio que les puede acarrear la música, como una elemento más de su vida. En general a parte del disfrute gratuito que nos ofrece la música, no debemos desechar beneficios que van mucho más allá y que pueden conseguir que en ciertos aspectos mejore nuestro nivel de vida. Los efectos que la música produce sobre nosotros son muy variados, así puede llegar a variar nuestro ritmo respiratorio. Si la música que escuchamos es de altos niveles, es decir más de 60 golpes por minuto, nos impulsará a llevar una respiración rápida trayendo unos movimientos más imprecisos e impulsivos. El efecto contrario se consigue con música de bajo promedio, que nos ayuda a relajarnos y a calmarnos. Así mismo el tono y el sonido de la música que escuchamos puede reducir o aumentar la tensión muscular, siendo así un buen sistema para lograr un poder curativo en procesos dolores musculares. Otro de los efectos que consigue la música, es variar la temperatura corporal. De este modo la música suave puede disminuir en varios grados la temperatura de nuestro cuerpo, mientras que la música alta o muy ruidosa, puede llegar incluso a aumentar en varios grados nuestra temperatura. 10 Herzios Cuando el cerebro se sitúa en 10 Herzios (nos quedamos dormidos en 7 Herzios), nuestra mente está dispuesta para la relajación, para la concentración. Es la frecuencia también del aprendizaje acelerado, ya que memorizamos con más facilidad y recordamos mejor.

Noticias Xperiencies

miércoles, 15 de febrero de 2012

Florida secuestro Ovni

OVNIS EN EL PASADO...
de Jordi Ripoll, el Viernes, 10 de febrero de 2012 a la(s) 11:08 ·

Secuestro en la Florida, 02 de agosto 2005

OVNI

María de MUFON informes Zimmer, El 2 de agosto de 2005, el testigo llamó, diciendo que acababa de despertar y estaba muy, muy sediento, incluso después de haber bebido varias botellas de agua y quería que me hablara de lo que le sucedió. Dijo que a la 1 am, vio a unos diez minutos de la emisión de noticias y tenía la imperiosa necesidad de salir al patio trasero. Vio una luz naranja por encima de la laguna de retención en la parte trasera de su patio.
 Dijo, que el objeto que vio fue el mismo que vio sobre el Golfo, pero fue en línea recta, no inclinada y alrededor de 200 a 300 pies en el aire. Era como una barra recta y señaló al final, pero pudo haber sido un disco. La superficie era de color naranja, vibrante, hermosa, que fluye como el agua.

Había tres plazas, luego un espacio y luego tres plazas más. Se veía tan grande que se estima que podría ser cubierto por "una manta desplegada". Lo vio durante unos 45 segundos y luego se desvaneció por completo. La noche era silenciosa, incluso con los grillos no hacer ruido. Le resultaba difícil volver a la casa.

Hizo un ruido que venía de vuelta, pero no despertar a los demás en su casa. Me llamó a las 3:52 AM, pero "pensamos que era antes", alrededor de 1:20 AM. No le faltaba tiempo de dos horas y cuarenta y dos minutos, durante el cual al parecer, un secuestro se llevó a cabo.

Thomas se convirtió en mucha sed después de esto, el consumo de cuatro o cinco 16 oz botellas de agua a la vez. Más tarde sufrió de vómitos, diarrea e incapacidad para orinar. Ninguno de sus vecinos habían visto el objeto.

El 4 de agosto, se dio cuenta de una ligera sensación de ardor en el pecho y descubrió un pequeño triángulo rojo justo debajo de la piel. Su médico no sabía lo que era, pero no creo que fuera nada de qué preocuparse. El médico encontró que su triglicéridos eran peligrosamente alta, 410, (normal de 40 a 200) y dijo que él podría estar en riesgo de un derrame cerebral o ataque al corazón.

El doctor también encontró que los electrolitos son extremadamente bajas, y le aconsejó a beber y comer Pedialite única fruta y verduras.

La familia había ido a Cabo Cañaveral para ver el retorno del transbordador espacial. En un almuerzo con los astronautas, la sobrina de Thomas le preguntó sobre el consumo de Tang. El astronauta dijo que ya no se lo bebió, sino que se utiliza una fórmula diferente, ya que había encontrado que la ingravidez provocó una disminución de los electrolitos en el cuerpo humano.

Esto puede ser importante para Tomás, porque sus electrolitos fueron muy bajos después de un aparente secuestro. El testigo tenía miedo de una niña con ojos oscuros en la sala de espera del médico, porque sus ojos le hizo temer al igual que las personas que llevaban gafas de sol. Gracias a MM Zimmer y el Sistema de Manejo de Casos de MUFON.

Un enfoque científico forense debe ser una parte clave de nuestro arsenal de investigación en el examen de los casos de secuestro...............

Ovni Terranova

OVNIS EN EL PASADO...
de Jordi Ripoll, el miércoles, 15 de febrero de 2012 a la(s) 9:51 ·

1951, Gander, Terranova UFO Case (Bethune)


Terranova, Canadá - 1951


El 10 de febrero, un vuelo de Marina de los EE.UU., Atlántico - Continental Escuadrón de Transporte Aéreo, localizado en la Estación Aérea de USN, Patuxent River, Maryland, estaba fuera de Keflavik, Islandia en 49-50 grados de latitud norte y 50-03 grados de longitud oeste a unos 150 kilómetros [90 millas] al oeste de Gander, Terranova a lo largo del Océano Atlántico.


El avión estaba destinado probablemente para Gander para abastecerse de combustible a juzgar por su posición y rumbo de 230 grados verdaderos, aunque el informe no lo menciona.


Naval de los EE.UU. la Reserva teniente Graham Bethune, co-piloto del vuelo 125, ocupaba el asiento del capitán en el lado izquierdo de la cabina en el avión de pasajeros cuando se avistó por primera vez un enorme objeto [al menos] de 300 pies de diámetro, en curso de colisión cerca de con su avión.


El copiloto declaró en su informe oficial, ... Me observó un resplandor de luz en el horizonte alrededor de 1.000 a 1.500 pies [330-470 metros] por encima del agua. Los dos [el piloto, así] observó su curso y el movimiento de unos 4 o 5 minutos antes de llamar a la atención de los miembros de la tripulación ...


De repente su ángulo de ataque cambiado.


Su altitud y el aumento de tamaño, como si su velocidad era de más de 1.000 millas [1.670 kilómetros] por hora. Se cerró en tan rápido que la primera sensación fue que se chocan en el aire.


En este momento, su ángulo cambiado y cambiado el color. A continuación, [apareció] naranja rojizo definitivamente circular y en su perímetro. Se invirtió su curso y se ha triplicado su velocidad hasta que fue visto por última vez de desaparecer en el horizonte.


El informe del copiloto va a decir que el objeto se quedó a cinco millas de sus aviones que fue confirmado por pruebas de radar del encuentro debido a que el objeto había sido rastreado por el radar de tierra DEW Line en la base de Goose Bay, Labrador.


Enviado por Don Ledger.


Fuente: GR + V De las aeronaves Dominique Weinstein / OVNI


Encuentros Catálogo - Informe Especial # 2 casos de la costa este de Canadá.


Ref: Above Top Secret, Timothy Good-1988


* U * UFO base de datos, Larry Hatch


Mayor Donald E. Keyhoe:


Cuando el avión aterrizó, toda la tripulación fue interrogado por oficiales de inteligencia de AF. En su destino, la Estación Aérea Naval de Patuxent, en Maryland, el piloto y el resto fueron interrogados nuevamente por la Inteligencia Naval y obligados a firmar los informes completos.


Más tarde, un científico del gobierno (supuestamente de la CIA) de forma confidencial mostró el piloto secreto OVNI fotos - uno representando un disco como el que sobre el Atlántico.


En una entrevista final, el comandante fue entrevistado por agentes de Inteligencia Aérea Técnica de Wright-Patterson AFB. Pero ninguno de los hombres de la Armada o la Fuerza Aérea, o el científico del gobierno, respondería a ninguna pregunta acerca de los OVNIs.

viernes, 25 de noviembre de 2011

La Cripta Encantada

Bajo la Iglesia de San Jacinto y casi con las mismas proporciones que ella, se encuentra la cripta-panteón de Los Gálvez. Se accede por un lateral, desde el cementerio. Por sus dimensiones parece una Iglesia subterránea. En la cabecera se encuentra un altar y en el lateral izquierdo, los nichos de la familia Gálvez, Gallardo y Cabrera, además del sarcófago en mármol que guarda los restos del Marques de la Sonora. Es un gran monumento de mármol gris alabastro, sobre un pedestal que lleva una dedicatoria se encuentra un precioso catafalco con el escudo de D. José de Gálvez y presidido por un busto suyo cuyos restos fueron trasladados desde Ontígola (Aranjuez).

A la Izquierda de este una urna de alabastro se recogen los restos de su madre Dª Ana Gallardo de Madrid y los nichos de otros parientes donde se puede leer en las diferentes lápidas los apellidos de los Gallardo, Cabrera y Madrid entre otros, presedido por la cruz de la Orden de Carlos III.

A la derecha una serie de esculturas anónimas, que se realizaron para representar a los componentes de la familia Gálvez, excepto la de José que se encuentra en el patio del cementerio, las estatuas son anónimas y son bastante realistas. Estas figuras estuvieron por lo menos hasta 1847 en la puerta principal de la Iglesia siendo maltratadas por el tiempo y la gente irresponsable, que aconsejaron trasladar al panteón.

Al frente del crucero hay un altar presidido por una cruz sin imagen y un damasco rojo estropeado por el tiempo. Antiguamente colgaba en este altar un lienzo de Murillo representando el Descendimiento y que se decía era la mejor pintura de la provincia de Málaga por su belleza y grandes dimensiones (4 metros de alto por 2,50 de base).
Al fondo del crucero hay un columbario que ha ido desplazándose hacia el exterior como cementerio tradicional.

El 8 de septiembre de 1791, por orden de María Concepción Valenzuela, fueron trasladados los restos de su Marido, D José de Gálvez, al panteón de Macharaviaya, “…para que siempre pueda estar cumplida la voluntad del Excmo. Sr. D. José de Gálvez”.
El sacerdote cobraba una renta de anual de 400 ducados para que todos los domingos de cada mes celebrase una misa cantada.

El mausoleo fue mandado construir por D Miguel de Gálvez, sobresale por su belleza, es de mármol grisáceo y laterales de alabastro, la urna se eleva sobre un esbelto pedestal, en su frontal grabado el escudo de armas de los Gálvez y reza la siguiente inscripción:

"Aquí yace el Excmo. Sr. D. José de Gálvez, marques de la Sonora, regidor perpetuo de la MN ciudad de Málaga, Caballero Gran Cruz de la Real Distinguida Orden de Carlos III, del Consejo de Estado y del Despacho Universal de Indias, Consejero, Camarista y Gobernador de su Consejo Supremo y Superintendente General de Azoges, del cobro y distribución de la Real Hacienda, Casa de Moneda y Comercio de aquellos dominios, empleos que desempeñó hasta el 17 de junio de 1787, que falleció en Aranjuez, el Excmo. Sr. D. Miguel, su hermano le dedica esta urna, para depósito de sus cenizas, a la que fueron trasladadas y colocadas el día 23 de octubre de 1791"




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http://www.akasico.com/noticia/1385/Parapsicolog%C3%ADa/cripta-encantada.html

Una promesa incumplida parece haberse convertido en una maldición que se cierne sobre el panteón de la noble familia Gálvez, en el malagueño pueblo de Macharaviaya. Apariciones de personajes de época ante aterrorizados testigos, psicofonías, misteriosas fotografías y un tesoro oculto son los ingredientes de una historia en la que misterio y leyenda se dan la mano.

por José M. Frías y J. Romero

Como si de una extraña maldición se tratara, en un rincón del mausoleo de los Gálvez encontramos una vieja placa del siglo XVIII que reza lo siguiente: «Costearon este panteón, su altar, vasos, ornamentos y utensilios los señores D. Matías, D. José, D. Miguel, D. Antonio y D. Bernardo de Gálvez para perpetuo y privativo reposo de sus huesos, los de sus mujeres, hijos, herederos y sucesores, que han de trasladarse limpios y ponerse en los nichos respectivos; y dotaron un aniversario perpetuo en el día siguiente al de la conmemoración de los difuntos, y una misa rezada en todos los viernes del año, por la ánimas de los hijos de su familia».

A cambio de que los habitantes de Macharaviaya cumplieran dicha promesa, los Gálvez donaron a la localidad una importante cantidad de dinero. Sin embargo, el cumplimiento del «acuerdo» apenas duró una década. Después, la placa cayó en el más absoluto de los olvidos, al igual que los aniversarios y misas en honor de la acaudalada familia. Algunos lugareños achacan las apariciones y sucesos inexplicables que tiene lugar en el pueblo a una venganza de los espíritus de los Gálvez por la promesa incumplida. De hecho, los fenómenos paranormales siempre ocurren en la zona donde se emplazan la iglesia de San Agustín, su cementerio y el mausoleo de los Gálvez, un rincón mítico ubicado en la plaza principal del encantador pueblo malagueño de Macharaviaya.

TERROR EN LA CRIPTA

Un hecho repetido en infinidad de lugares históricos con fama de encantados es que los fenómenos inexplicables comienzan tras unas obras de remodelación, como si por este motivo se «despertaran» algún tipo de energías desconocidas. Esto mismo sucedió a principios de los 90, cuando las autoridades de esa localidad decidieron realizar unas reformas en la cripta, pues las visitas de turistas eran frecuentes por aquel entonces. No hemos de olvidar que los Gálvez de Macharaviaya fueron una familia de gran influencia en la España del siglo XVIII. Colaboraron estrechamente con Carlos III durante su reinado y algunos de sus miembros ocuparon los cargos de embajadores en América, África y Rusia. Sin ir más lejos, en el panteón reposa el cuerpo de D. José de Gálvez, quien fuera Ministro de las Indias. Su sobrino, Bernardo de Gálvez, fundó Galveston, en EE UU, y luchó codo con codo junto a George Washington por la Independencia de los Estados Unidos.

Una tarde de 1994 dos obreros se encontraban adecentando en la medida de lo posible el imponente panteón. De pronto, vieron de reojo a varias personas que caminaban lentamente por la zona del altar, a escasos metros de ellos. Cuando los trabajadores alzaron la mirada se quedaron petrificados: una serie de personajes ataviados con ropas antiguas desfilaban ante sus ojos. Parecían seres reales, de carne y hueso, pero poco después desaparecieron atravesando uno de los monumentales muros. Ambos trabajadores, oriundos de Sevilla, salieron de allí como alma que lleva el diablo, jurando no volver jamás por aquel pueblo. Desde entonces numerosos lugareños han sido testigos de fenómenos paranormales. No se trata de simples leyendas, sino de testimonios reales, con nombres y apellidos.

INVESTIGACIONES EN EL MAUSOLEO

En los últimos meses hemos llevado a cabo diversas investigaciones en Macharaviaya. Cierta noche, un grupo de personas realizaron una sesión de ouija en el altar mayor del mausoleo ante las cámaras de un programa de televisión, de cuyo equipo formábamos parte los autores. En un momento determinado, un presunto espíritu comenzó a trasmitir mensajes a través del tablero. Aseguraba que se encontraba enterrado en uno de los nichos del mausoleo y nos pedía que abandonáramos el lugar. El grupo insistió en quedarse y en ese preciso instante se apagaron todas las luces de la cripta, generando una situación de pánico, pues los improvisados «espíritistas» abandonaron el lugar a las carreras.

Situaciones de este tipo se han repetido en más ocasiones. Muchos curiosos que se acercaron al mausoleo afirman haber sentido presencias, además de escuchar ruidos de procedencia desconocida. A lo anterior se suman la grabación de decenas de psicofonías de gran calidad, que muestran palabras en castellano antiguo, y la captación de fotografías con extrañas luces.

LAS APARICIONES DE LA NOVIA

En una de nuestras visitas a la iglesia de San Agustín descubrimos una desangelada lápida «anclada» en la pared. Cualquier turista que no preste demasiada atención puede pensar que seguramente pertenece a alguno de los párrocos de dicho templo. Pero si nos fijamos en el nombre grabado comprobaremos que se trata de una mujer: María López Escaño de Cabrera, nacida el 20 de Octubre de 1901 y fallecida el 5 de Diciembre de 1920.

Tras conversar con los habitantes del pueblo, descubrimos que, desde hace casi un siglo, son muchos los que han podido percibir la presencia espectral de una joven vestida de novia merodeando por el interior de la iglesia. La suelen ver llorando desconsoladamente y siempre desaparece por la zona de los escalones del altar. Cuentan, y así reza también en la lápida, que murió el día de su boda en aquellos escalones, de forma fulminante, antes de dar el «sí, quiero».

Nuestro interés por conocer los motivos de aquella muerte nos llevó a contactar con el Juez de Paz de la localidad, gracias a quien conseguimos acceder al certificado de defunción de la muchacha. De este modo, corroboramos lo que hasta entonces era una simple leyenda. Efectivamente, María López Escaño cayó fulminada en los escalones de la iglesia en el momento de su enlace matrimonial debido a una terrible hemorragia intestinal. El médico del pueblo la dio por muerta, sin embargo la joven volvió a la vida poco después, y permaneció en estado vegetativo durante tres días, hasta que finalmente falleció. Este dramático suceso motivó al poeta internacionalmente conocido Salvador Rueda, oriundo de la cercana pedanía de Benaque, a escribir un poema que aparece plasmado en su lápida. Una señora casi centenaria que habita desde siempre en Macharaviaya nos contó que la muchacha murió en su cama con el vestido de novia puesto, ya que sus padres esperaban que se repusiera y se casara. Sin embargo, aquellas ropas se convirtieron en la mortaja con la que fue enterrada en el cementerio del pueblo. Años después, la lápida fue trasladada a la iglesia de San Agustín.

Tesoro oculto

A pesar de que la familia Gálvez tuvo relevancia a nivel internacional, nunca olvidaron a su pueblo natal. Durante su existencia crearon nuevas carreteras, canalizaron el agua a la población, erigieron monumentos y edificaron allí la única fábrica de naipes en España con monopolio de ventas en los Estados Unidos, algo que aportó una importante riqueza a la localidad durante más de treinta años.

Pero existe un enigma que trae de cabeza a los historiadores: si esta noble familia amasó en vida una enorme fortuna, ¿a dónde fue a parar ese dinero cuando fallecieron de forma repentina todos sus miembros? Siempre ha existido en Macharaviaya una leyenda sobre un tesoro oculto en el interior de la iglesia parroquial. Cuentan que los Gálvez decidieron esconder la mayor parte de su capital por si en algún momento una catástrofe, como una guerra o un terremoto, se cernía sobre el pueblo. Entonces el dinero saldría a la luz para que la villa resurgiese de sus cenizas. Curiosamente, la Iglesia de San Jacinto fue reformada pocos años antes de que fallecieran los hermanos Gálvez, a finales del siglo XVIII. ¿Fue entonces cuando se escondió el tesoro entre sus muros?

Durante nuestra vista a dicha iglesia descubrimos unas extrañas marcas en su suelo: una cruz rodeada de pequeños círculos, a modo de monedas. Se trata de marcas probablemente realizadas con alguna mezcla de aceites y otros elementos afines. Los lugareños no recuerdan quién las hizo ni por qué motivo. ¿Es una marca relacionada con el tesoro de la acaudalada familia? No lo sabemos, pero la rumorología popular, como no podía ser de otro modo, apunta en ese sentido.

Imágenes del misterio

Algunos investigadores han obtenido diversas fotografías extrañas en los lugares de Macharaviaya donde vienen sucediendo los desconcertantes fenómenos. De todas ellas destacan dos. La primera se tomó poco antes de que una vidente fuese hipnotizada con el fin de percibir alguna información sobre las presuntas entidades del más allá a las que se atribuyen los fenómenos paranormales. La psíquica paseaba entre los nichos, mientras algunos investigadores tomaban instantáneas de la escena. En una de ellas se observa una enigmática figura alargada que parece «emanar» de uno de los nichos y tocar la espalda de la mujer.

En la segunda fotografía, tomada en el panteón de los Gálvez y captada a escasa velocidad de obturación por la falta de luz, se puede distinguir «algo» que cruza ante la cámara, dejando a su paso una estela blanca. Los anteriores son sólo algunos ejemplos de la gran cantidad de fotografías extrañas tomadas en diversos lugares en el pueblo.

Mis Casos 01

El Exorcista
Año 1996 Figueres
Miércoles 5 de junio
Llegaron a mí consulta una mujer uruguaya, recomendada por una persona llamada Carmen, inmediatamente me expuso los hechos:
Una de las hermanas mayores llevaba tiempo con muchos problemas psíquicos. Me presentan informes médicos, a los que no llegan a ninguna conclusión, aunque la palabra esquizofrenia, dos personalidades están presentes. Tratamientos sin resultados, ya que no calman su estrés y no impiden esos episodios.
1) En momentos concretos perdía su identidad y se transformaba en otra persona, agresiva y con un lenguaje soez.
2) No podía entrar en las iglesias ni tocar ningún objeto que tuviera que ver…crucifijos, medallas...etc.
3) Había visitado muchos psicólogos y algún psiquiatra, que más allá de darle tranquilizantes no tuvieron ningún éxito, es más, uno de ellos le dijo que lo que tenia (¿?) no podía arreglarlo con su trabajo
4) En vistas a ello había decidido visitar un cura de Banyoles (Girona) el cuál realizaba exorcismos antes de la sesión la mujer se mostro muy hostil y agredió con dureza al capellán. Al final esté no realizó nada.
5) Habían visitado varios “videntes”, sin resultado alguno y por supuesto pagando importantes cantidades económicas.
6) Deseaba que fuera personalmente a su casa para verla y decidir si yo podía ayudarla.
Al cabo de dos días, viernes 7 de junio
Me persono en el domicilio de la persona en cuestión, la llamaremos Isabel, allí me esperan junto a ella la hermana (que me visitó) y la hija de esta en adelante Pilar. Paso al comedor/sala de estar, es una casa humilde aunque bien cuidada, me siento en una silla, enfrente en un sofá están Isabel, su hermana y en otro sillón Pilar.
Empezamos a hablar, comentamos el problema, mientras Isabel permanece en silencio… como ausente, es una mujer de unos 50 años con facciones agradables, pequeña de 1m 65cm de estatura y 80 kilos de peso. No tiene la imagen de persona agresiva ni mucho menos. Intento dirigirme a ella sin éxito, llevamos ya más de 15’ hablando, cuando la hermana me señala que Isabel esta empezando a experimentar un cambio de actitud, ciertamente sus facciones ahora parecen más duras… empieza a tocarse sus ropas y se muestra super inquieta… me acerco a ella… y me siento en el reposa brazos del sofá, le hablo tranquilamente, le digo que este tranquila que aquí estoy para ayudarla si puedo.. su rostro se levanta y me mira con odio, nada queda de aquella amable señora, su rostro al menos a mi me lo parece, tiene ahora unas facciones rígidas, me mira, de repente me escupe y me insulta como estoy en una posición superior la agarró por el hombro…. Me sonríe!!! Pero su sonrisa (increíble) me enseña unos dientes completamente afilados, una sonrisa maligna y a la vez indescriptible (¿demoniaca?). Lejos de asustarme (¿?), empiezo a calmarla, hablándole con palabras amables, pronto va cambiando otra vez, al cabo de unos minutos (no puedo precisar el tiempo transcurrido), Isabel se muestra aliviada, tranquila y habla, esta normal, dialogamos hablando de los sucesos que le pasan, de la gente que ha visitado, de que su marido no quiere saber nada y que no cree en nada.
Concretamos un día de visita, debe venir ella sola, no quiero que su familia interfiera en lo que voy a hacer.
Al día siguiente contacto con una médium (real y no profesional), para que este en mi consulta para el dia 12 de junio por la mañana.
12 de junio 10h am.
En una habitación he preparado una silla, tengo unas oraciones y un crucifijo muy especial… (algún día os lo cuento).
Llega la médium a las 9h 30’, la paso a una habitación distinta de la que voy a estar con Isabel, mi mujer la acompaña hasta que Isabel ya se encuentre en mi salita conmigo, no la debe ver, ni saber nada de ella. Una vez este dentro la médium permanecerá en el pasillo (largo) enfrente a la salita. Desde allí podrá “sentir”.
10h 15’ Llega Isabel. Parece tranquila igual que cuando la deje, es una mujer sencilla, chapada a la antigua…
Le explico lo que voy a hacer… voy a trabajar con sus chacras especialmente el del plexo solar, hare unas oraciones y poco más, veré como reacciona con eso.
La médium estará afuera y luego lo comentamos.
Inicio el proceso… aparentemente nada, todo tranquilo, 20’ a lo sumo, hace una pequeña convulsión… termino. Aviso a mi mujer para que este con ella mientras yo hablo con la medium en otra habitación.
La médium esta sorprendida, me cuenta que vio entrar por la puerta de entrada, lo que describe como “dos angeles” uno lleva alas negras es alto y no sabe distinguir si es masculino o femenino, el otro tiene unos rasgos bellísimos, el de las alas negras se acerca a la salita y recoge un humo negro que sale de la habitación, lo pone en una bolsa (¿?) y se lo lleva el otro se va con él, saludan a la médium…. Empezamos a especular si aquello es “energía negativa.. o algo sucio” la verdad nunca antes ella había visto nada igual.
Mi mujer me llama… grita!
Voy corriendo al otro lado del pasillo… hago salir a mi mujer y cierro la puerta, Isabel esta entrando en trance, con convulsiones… ni crucifijo, ni oraciones, ni nada de nada…. Instintivamente me abrazo a ella y empiezo a hablarle con mucha ternura, le hablo al ser que esta dentro suyo mientras ella me forcejea y me insulta… sigo con esta estrategia, estoy en pleno sentimiento, abrazado a ella (no sujetándola), mientras hablo estoy llorando a lagrima viva, le digo que debe de salir de Isabel, que no la tiene que hacer más daño, que le deje vivir su vida y que sea quien sea que vaya hacia la luz… a su derecha arriba, que mire y la verá… Isabel también empieza a llorar después de unas convulsiones…. tiembla… lloramos abrazados… finalmente una gran estremecimiento y nos vamos calmando… al cabo de unos minutos esta bien, tranquila me habla, se siente como nunca, parece más liviana y me sonríe..
Una vez más voy a la médium, dejando a mi mujer con Isabel…
La médium, me explica que por la salita a salido un entidad… me la describe como una mujer vestida de determinada manera, pelo rubio, de unos 70 o más años, me da muchos detalles…. Vuelvo a la habitación.
Isabel charla con mi mujer, está tranquila, sonríe y habla de la experiencia, aunque apenas se acuerda de lo que paso. Le cuento que hay una médium fuera y le explico los detalles de la mujer que ha “visto”.
Isabel palidece… me mira… y dice: me estas describiendo a mi madre… mi madre se murió en Montevideo (Uruguay) cuando yo tenía 16 años, tenia Alzheimer, era su preferida y nunca pudo despedirse de mí, durante mucho tiempo sentí que estaba a mi lado cuando la necesitaba, cuando me vine a España, algo cambio… y no la sentía después vinieron los problemas, yo era muy de misa y poco a poco no sentía ganas de ir… luego no podía ni siquiera entrar en una Iglesia o tocar objetos relacionados con ella… llevo ya más de 15 años visitando médicos y curanderos… hoy siento que por fin estoy bien.
Efectivamente después de varias semanas en control por mi parte, no hay síntomas que indiquen que no esta “curada”, junto a ella visitamos sin problemas varias Iglesias, tocamos agua bendita y puso sus manos en objetos religiosos.
Visito a su médico psiquiatra el cuál le fue reduciendo la medicación, hasta considerarla curada, durante dos años no obstante se hizo revisiones en ninguna de ellas pudo observar alteraciones.
Isabel hasta fecha de hoy no ha tenido nunca más ningún episodio de transformación, es una ama de casa, tranquila, afable. No ha vuelto a ningún psiquiatra o psicólogo y también permanece al margen de videntes, curanderos e incluso de mí. La he visto por la calle me saluda con una sonrisa, pero no hacemos tertulia. Su hermana es quien me sigue contando de ella, hace tres años la operaron de un cáncer de mama, se ha repue